El uno por ciento del presupuesto de las instituciones europeas se utiliza hoy en día en servicios de traducción e interpretación, lo que equivale a unos dos euros y medio por persona y año. Y es que en Europa coexisten actualmente 23 idiomas oficiales, además de los idiomas regionales o minoritarios.
Y es que el número de idiomas presentes en la unión europea prácticamente se duplicó de la noche a la mañana en el año 2004, tras la incorporación de los países de Europa del Este. Este hito histórico marcó un cambio de política interna de las instituciones europeas.
Mientras que antes de la fusión muchas de las comunicaciones internas en las instituciones europeas se realizaban en varios idiomas, tales como el inglés, francés o alemán, en la actualidad la mayor parte de las comunicaciones internas (hasta un 80%) se realizan en inglés y sólo se traducen a los idiomas oficiales las versiones finales de los escritos.
Este hecho ha propiciado la aparición de un inglés simplificado, empleado por funcionarios o asesores que no tienen la formación suficiente en este idioma, lo que ha obligado a crear un equipo específico de correctores dentro de el Commission's translation directorate. Este equipo se encarga de adecuar y corregir el inglés utilizado en las comunicaciones internas en las diversas instituciones europeas de cara a su posterior traducción a otros idiomas.
Fuente: www.euractiv.com